Carmen Abalos

22.08.2011 23:41

Nació en Santiago de Chile y estudió en el Instituto Pedagógico de la Universidad de Chile. Su vida está marcada por innumerables viajes y largas estadías en el exterior, lo cual le ha permitido dominar cinco idiomas. En Brasil permanece dos años, y es ahí donde desarrolla una fuerte amistad con Gabriela Mistral y con diversos escritores locales. En Chile ha sido subdirectora de la revista de poesía Orfeo y relacionadora pública del Sociedad de Escritores de Chile.

Carmen ha publicado doce libros de poesía y cuentos, además de ensayos y antologías con las editoriales Nacimiento, Orbe, Universitaria en Santiago y Doncel en Madrid.

Obras Publicadas:

  • Confidencias (1946) Prosa
  • Noche Transfigurada (1951) Prosa
  • Simplemente (1961) Prosa
  • Azogue Para Un Espejo (1963) Prosa
  • Oratorio Menor (1964) Prosa
  • Exilio 65 (1965) Prosa
  • La semilla de Adán (1967) Cuentos
  • El dedo en la Llaga (1963) Poesía
  • Libertad Condicional (1975) Cuentos
  • Las Manos Libres (1976) Poesía
  • La Frente en la Ventana (1980) Poesía
  • Mínimo Triple (1989) Cuentos

 

 

Autorretrato.

 

Al borde de mi misma

Puerta secreta

Yo, desnuda

Soy y no soy lo que soy:

Una mancha en las arenas

Acertijo

Donde la noche se detiene

 

 

 

Memoria Involuntaria

 

No soy hija del hombre

Ni de la mujer del hombre

Soy silencio espaciado

Puerta abierta.

 

Ni urgencias primordiales

Ni suños imposibles.

¡Qué espanto de mujer!

 

Soy más vieja que el vestido de mi abuela

Y más joven que el recién nacido

Y aunque soy y no soy lo que soy

Tengo las arrugas del parto

Y toda la luz del mediodía

Cayendo vertical.

 

No puedo situarme

Entre estos o aquellos

Amigos o enemigos

Pues no tengo obsesiones

Y mi prójimo más próximo

Soy yo misma,

Definitiva como un golpe

Y plena como un triunfo.

Defiendo mi permanencia

Tanto como mis ausencias

Y elijo este papel nada de fácil

De ser aquella que se mira

Y es igual a aquella

Que el espejo devuelve.

 

 

El otro día

Madre

Fui a plantar huesos en el cementerio

Por ver si florecían tus pupilas.

 

¡Ah, ese silencio que mantienes…!

 

Contacto

Sileneazul

sileneazul@yahoo.cl

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